Inicio estas palabras trayendo a mi memoria el encuentro y enseñanzas recibidas por Amadeo Solé-Leris con quien hace ya años, aprendí aspectos del budismo y meditación ya que él se encontraba muy cercano a Goenkaji.
Empezamos recordando pues, que la meditación es la esencia de las enseñanzas del Buddha, es decir, cultivar y desarrollar las capacidades psicomentales para superar la insatisfacción interna y externa. En su inigualable obra «El corazón de la Meditación Budista», Nyanaponika Thera – en la foto -, expone de forma magistral la meditación.
Es conveniente recordar que desde el punto de vista del budismo, la insatisfacción o dukkha es consecuencia de una expectativa basada en una percepción incorrecta de la realidad.
El cultivo o desarrollo – para ello se utiliza el término bhavana -, comprende dos grandes ramas, a saber: Samatha y Vipassana.
Samatha quiere decir, «serenidad»,»calma», «sosiego» y Vipassanasignifica literalmente «ver del todo». «ver a la perfección», «ver las cosas tal y como son» y también ha sido traducida por «visión penetrante», «visión interior profunda» o «visión cabal».
Tres características de la existencia.
El Buddha enseñó que lo único que se puede decir existe, es el fluir de innumerables procesos que se condicionan mutuamente por relaciones de causa y efecto. Todo esto que llamamos mundo, son fenómenos fugaces y continuamente cambiantes, desprovistos de toda esencia o identidad permanente.
Por esta razón, Buddha dijo que lo que llamamos existencia se define por tres características fundamentales: impermanencia (anicca), no entidad (anatta) y sufrimiento o insatisfacción (dukka)
Las cuatro nobles verdades
Consideremos que la enseñanza del Buddha puede compendiarse en las «Cuatro nobles verdades» que impartió en Isipatana (hoy Sarnath) en las cercanías de Benarés, dos meses después de su definitiva realización:
La verdad del sufrimiento
La verdad del origen del sufrimiento
La verdad de la cesación del sufrimiento
La verdad del camino que conduce a la cesación del sufrimiento.
17 abril, 2019 a las 5:07 am
Muchas gracias,
Yoga Sananda, por recordarnos las esencias en estos tiempos de exceso de información (desinformación ?)